A pesar de que apenas son dos fechas del torneo ecuatoriano, el juego de Liga de Quito, el campeón de América deja muchas interrogantes.
Sus dos resultados adversos, 1-1 de local contra Olmedo y 2-1 en contra, frente a Liga de Portoviejo, han encendido una alarma en la hinchada de Ponciano.
De aquel dominio de balón que tenía el campeón de América solo quedan pequeños recuerdos. La ductilidad de sus jugadores está ausente, malos pases, definiciones erráticas, y sobre todo poco dominio del juego, dejan un mal sabor de boca a sus hinchas.
La vuelta de Norberto Araujo al bloque defensivo no fue garantía sufiente para que la valla de Francisco Cevallos salga invicta.
El problema en el medio campo no se ha resuelto con la presencia de Damián Manso.
Es evidente que hay un divorcio entre los volantes y la delantera alba. No hay el suficiente entendimiento. Tampoco se recuperan las bolas con rapidez y efectividad.
Punto aparte juegan la mala actitud de ciertos futbolistas, entre ellos Miller Bolaños, Neicer Reasco, y Renan Calle, quienes ante su propia ineficacia y capacidad recurrieron a prácticas antideportivas (pisotones y patada fuerte) contra los rivales portovejenses.
Sin duda, el técnico Jorge Fossati deberá trabajar, tanto en lo anímico, como en lo futbolístico para que su equipo llegue a un nivel que permita recuperar la memoria futbolística que lo llevó a ser un equipo reconocido a nivel mundial.
Y ya falta poco para que empiece su participación en la Libertadores. El tiempo les queda corto a los albos
sábado, 7 de febrero de 2009
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