Algo quedó bien claro, el estilo de Fossati no se presta para especulaciones.
En el fútbol hay que salir a ganar, y no importa los medios, el fin es uno. Cuatro delanteros, sin media cancha, si es posible que suba el arquero, como sea.
Olmedo, fiel a su estilo cuando juega en Casa Blanca, fue un equipo peligroso y difícil de vencer para Liga. Esta vez se puso al frente en el marcador y luego se replegó, apelando a su buena defensa para conservar sus puntos.
Pero además, tenía un arma secreta, que funcionó bien. El contragolpe estuvo latente y resultó ser más que un dolor de cabeza para los albos.
De aquel equipo que quedó campeón de América hay varios cambios. Araujo y Manso hicieron falta. Qué malo es depender de una pieza.
Miller Bolaños no deja de ser un buen jugador, pero aún es "junior", y como tal queda bien pero no es el líder de la U.
Espínola no es aquel de varios años atrás, los años no pasan en vano, sin embargo en momentos de crisis, cuando Liga se vuelve una enfermería, será muy valioso.
Pedro Larrea tendrá que seguir esperando en el banco, William Araujo demostró que es mucho más. Y el pato Urrutia deberá recuperar su nivel, sobre todo el sicológico. El no haber ido a jugar al exterior le pasará factura en lo anímico.
Adelante hay con qué, solo deberán dejar de lado los individualismos y pensar en equipo.
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